7 abr 2014

Y luego dicen que en este país no existe la pena de muerte.



La crisis ha cambiado las reglas del juego y parece que subliminalmente el Código Penal. No se condena a muerte desde los tribunales, se condena desde los Servicios Sociales, desde el Estado que deja a millones de personas sin ayuda ni protección. 
 
Desde este blog pido ayuda continuamente a los lectores mi blog, con muy escasa respuesta. Solo una persona me viene ayudando regularmente. Pero no puedo seguir abusando. Me da una vergüenza espantosa. Además no puedo pedirle que me solucione de golpe la necesidad perentoria de dinero que tengo en el presente. Me da vergüenza, me abochornaría hacerlo una vez más. 


El próximo jueves tendría que pagar 425 euros del resto de la fianza del alquiler de la vivienda en la que vivo ahora. Debo también 45 euros en el supermercado y 28 en un puesto de fruta del mercadillo. Y cuando cobre los 426 euros de la RAI que percibiré solo hasta junio los gastaré en el alquiler y el recibo de la luz. No me quedará dinero para comer. Así hasta que cobre esa cantidad, luego, seguramente me veré abocada al desahucio.
 
Es muy fácil decir que trabaje. Tengo 64 años, padezco una enfermedad ósea, y depresión. ¿Quién encuentra trabajo en esas circunstancias?

Los Servicios Sociales de mi localidad, Torrevieja, y Cáritas me niegan cualquier tipo de ayuda a causa de mi ideología y las cosas que escribo en el blog. No es una sospecha ni manía persecutoria. Es un hecho fehaciente, consecuencia de mi ideología, de los artículos que publico. Soy una ‘apestada’ una roja a la que no hay que ayudar porque no es del PP. Todo el mundo conoce cómo se las gastan en ese partido, no creo que extrañe. 

Llevo semanas pidiendo ayuda al Ayuntamiento. Como aún conservo los correos de concejales y el Alcalde de cuando trabajaba en prensa los he escrito innumerables veces. Nada, la callada por respuesta. Al teléfono ni se ponen, ya no soy la periodista con la que había que hablar, a regañadientes, porque si no era peor... Dicen que no hay dinero, pero pagan viajes en avión a Bruselas y hotel de lujo a los periodistas afines, con dinero público, para que oigan cantar habaneros en la UE. 

Hasta hace unos meses me bandeaba pagando un alquiler mucho menor y porque recibía ayuda de una amiga. Pero de la otra casa de menor alquiler me echaron y mi amiga no puede seguir ayudándome. 

He pedido mil veces ayuda en Facebook, pensando que esas personas que denuncian la injusticia, que conocen la arbitrariedad y hablan continuamente de solidaridad y de socialismo podrían echarme un cable. Pero una cosa es hablar y colgar dibujos y denuncias, comentarios y diatribas y otra muy diferente echar un cable a una persona que tiene la desfachatez de pedir auxilio a través del muro. 

En esta situación ¿alguien puede decir que queda alguna otra salida que quitarse la vida para no seguir viviendo ese humillante drama? 

Así que si tomo esa determinación pido que al menos se divulgue mi historia. La historia de una periodista a la que el PP quitó la palabra primero, junto con su trabajo y dignidad, y luego la posibilidad de seguir viviendo. 

Que se conozca mi historia, es el último favor que pediré si no se solucionan mis problemas, que no se solucionarán. Divulgarlo por los medios, hacerlo llegar, si es posible, a las instituciones europeas que tanto exigen el cumplimento del déficit ignorando los dramas humanos. 

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