La
crisis ha cambiado las reglas del juego y parece que subliminalmente el Código
Penal. No se condena a muerte desde los tribunales, se condena desde los
Servicios Sociales, desde el Estado que deja a millones de personas sin ayuda
ni protección.
Desde
este blog pido ayuda continuamente a los lectores mi blog, con muy escasa
respuesta. Solo una persona me viene ayudando regularmente. Pero no puedo
seguir abusando. Me da una vergüenza espantosa. Además no puedo pedirle que me
solucione de golpe la necesidad perentoria de dinero que tengo en el presente. Me
da vergüenza, me abochornaría hacerlo una vez más.
El
próximo jueves tendría que pagar 425 euros del resto de la fianza del alquiler
de la vivienda en la que vivo ahora. Debo también 45 euros en el supermercado y
28 en un puesto de fruta del mercadillo. Y cuando cobre los 426 euros de la RAI
que percibiré solo hasta junio los gastaré en el alquiler y el recibo de la
luz. No me quedará dinero para comer. Así hasta que cobre esa cantidad, luego,
seguramente me veré abocada al desahucio.
Es
muy fácil decir que trabaje. Tengo 64 años, padezco una enfermedad ósea, y
depresión. ¿Quién encuentra trabajo en esas circunstancias?
Los
Servicios Sociales de mi localidad, Torrevieja, y Cáritas me niegan cualquier
tipo de ayuda a causa de mi ideología y las cosas que escribo en el blog. No es
una sospecha ni manía persecutoria. Es un hecho fehaciente, consecuencia de mi ideología,
de los artículos que publico. Soy una ‘apestada’ una roja a la que no hay que
ayudar porque no es del PP. Todo el mundo conoce cómo se las gastan en ese
partido, no creo que extrañe.
Llevo
semanas pidiendo ayuda al Ayuntamiento. Como aún conservo los correos de
concejales y el Alcalde de cuando trabajaba en prensa los he escrito innumerables
veces. Nada, la callada por respuesta. Al teléfono ni se ponen, ya no soy la
periodista con la que había que hablar, a regañadientes, porque si no era
peor... Dicen que no hay dinero, pero pagan viajes en avión a Bruselas y hotel
de lujo a los periodistas afines, con dinero público, para que oigan cantar habaneros
en la UE.
Hasta
hace unos meses me bandeaba pagando un alquiler mucho menor y porque recibía
ayuda de una amiga. Pero de la otra casa de menor alquiler me echaron y mi
amiga no puede seguir ayudándome.
He
pedido mil veces ayuda en Facebook, pensando que esas personas que denuncian la
injusticia, que conocen la arbitrariedad y hablan continuamente de solidaridad
y de socialismo podrían echarme un cable. Pero una cosa es hablar y colgar
dibujos y denuncias, comentarios y diatribas y otra muy diferente echar un
cable a una persona que tiene la desfachatez de pedir auxilio a través del
muro.
En
esta situación ¿alguien puede decir que queda alguna otra salida que quitarse
la vida para no seguir viviendo ese humillante drama?
Así
que si tomo esa determinación pido que al menos se divulgue mi historia. La
historia de una periodista a la que el PP quitó la palabra primero, junto con
su trabajo y dignidad, y luego la posibilidad de seguir viviendo.
Que se conozca mi historia, es el último favor que pediré si no se solucionan mis problemas, que no se solucionarán. Divulgarlo por los medios, hacerlo llegar, si es posible, a las instituciones
europeas que tanto exigen el cumplimento del déficit ignorando los dramas
humanos.
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